miércoles, 12 de marzo de 2014

5 Excusas que nos Alejan de Nuestros Sueños


Es fácil detectar a los ganadores y diferenciarlos del resto de las personas. Es difícil encontrarlos, pero al verlos e interactuar con ellos un poco, sabes que son ganadores y tienen potencial. Una característica que los diferencia de los demás es su capacidad de destruir excusas.

Tienen una habilidad de transformar sus excusas en sus razones de por qué deben lograr lo que se proponen.
En este artículo decidí escribir sobre las principales excusas que las personas utilizan para no lograr sus sueños. Recordarlas me ayuda a asegurarme que no estoy colocando las mismas barreras entre lo que soy y lo que quiero ser.

Entre las principales excusas que he escuchado a lo largo de mi vida están:
1- No tengo tiempo:
El gran error con esta excusa es que las personas piensan que van a tener tiempo en el futuro. Luego pasan los años y hasta se olvidan de ese deseo que una vez tuvieron. En muchas ocasiones (comprendo que para todo el mundo no es el caso) cuando las personas dicen que no tienen tiempo, realmente quieren decir que hay otras cosas más importantes que cumplir su sueño (¡y la mayoría de las veces es ver la televisión!).
Excusas SD
2- No tengo dinero:
Si tienes años trabajando y no tienes dinero, creo que debes hacer algo diferente. Muchas personas se ponen esta barrera entre ellos y sus sueños. Si revisas compañías como Apple, Mattel o Starbucks, te darás cuenta que comenzaron con prácticamente nada de dinero. La falta de dinero no debe ser la excusa, debe ser la razón por la cual decides emprender la jornada hacia tu sueño.
3- Mis hijos:
Yo estoy completamente de acuerdo en que como padres y madres tenemos una inmensa responsabilidad para con nuestros hijos. Pero a la misma vez creo que la mejor forma de enseñarles a luchar por sus sueños es por medio del ejemplo. El sacrificio que ellos tengan que pasar mientras sus padres logran sus metas y objetivos los ayudaran más de lo que a veces pensamos.
4- Es muy tarde:
Muchas personas creen que ya están “mayores” para salir y luchar por sus sueños. Siempre recuerdo la historia del Coronel Sanders que a los 65 años de edad, se embarcó en la jornada para crear KFC (Kentucky Fried Chicken). Hoy es una de las cadenas de comida rápida más grande del mundo con más de 450,000 empleados y factura alrededor de 15 billones de dólares al año. Esta es una historia entre muchas.
5- ¿Y si fracaso?:
En mi opinión, fracaso es vivir una vida promedio con temor de aventurarte en lo que amas. Si no actúas por temor al fracaso, ya fracasaste. Si actúas a pesar del temor, eres valiente. El éxito es la realización progresiva de un sueño. No es un destino, es un proceso. Es decir, el día que eliminas el temor al fracaso y comienzas la jornada para cumplir tus sueños, ese día comenzaste a ser exitoso.
Eliminar las excusas no te asegurará el éxito, pero es un gran primer paso.
Una de las preguntas más importante que debemos hacernos cuando nos conseguimos poniendo excusas es la siguiente: ¿Qué pasa si sí…? ¿Qué pasa si logras tu sueño? Puede ser que las posibilidades sean pequeñas pero… ¿Qué pasa si sucede para ti?
Cuando abrimos esa oportunidad en nuestra mente, las excusas se comienzan a ver mucho más pequeñas.
Muchas veces desaparecen.

Fuente: Blog- Victor Hugo Manzanilla 

lunes, 10 de marzo de 2014

EL PODER DE LA PALABRA

Lamentablemente vivimos en un mundo donde existe una creencia general de que la palabra no vale nada. Un mundo donde todo tiene que estar por escrito, notariado, archivado y con testigos. A pesar de que todo lo anterior sea necesario, no podemos caer en la creencia de que nuestra palabra no tiene valor.
La semana pasada escuché esta historia de Michael Hyatt (CEO de Thomas-Nelson) que me sorprendió de sobremanera.
Hace varios años, Michael estaba negociando su salario en una oferta que recibió de una nueva compañía. Al final del proceso, su futuro jefe sólo pudo ofrecerle $3,000 por debajo de lo que Michael había solicitado.
Su jefe le dijo a Michael que en este momento no podía ofrecerle el monto deseado. Pero que si él entregaba los resultados esperados, iba a tener una revisión de salario en 3 meses.
Al finalizar los 3 meses, Michael había superado las expectativas.
Un viernes su jefe lo llama a su oficina y le comunica con toda honestidad que, a pesar de que él merecía el aumento, había recibido órdenes superiores que tenía que congelar todos los salarios hasta nuevo aviso. No había nada que él pudiera hacer.
Michael estaba muy molesto. Él había superado sus metas pero a la vez entendía que no estaba en las manos de su jefe. El descanso del fin de semana lo ayudó a resignarse y continuar.
Al llegar el lunes, su jefe lo llama a la oficina y le dice: Michael, yo te di mi palabra de revisar tu salario y no cumplí. Yo siempre he sido un hombre de palabra y a pesar de que la compañía no cumplió, yo tengo que cumplir.
Sacó su chequera y le escribió un cheque personal por $3,000.
Ese día Michael Hyatt, que años más tarde llegó a ser CEO de Thomas-Nelson, entendió el poder de ser una persona de Palabra.
Si das tu palabra, cúmplela.
En mi experiencia, normalmente no fallo en las cosas de gran importancia, pero sí en las pequeñas. A pesar de ser pequeñas, debemos seguir cuidando nuestra palabra.
¿Cuántas veces nos comprometemos con amigos, compañeros de trabajo, esposa, hijo, iglesia, etc. y al final no respondemos? No caigamos en la trampa de que por ser cosas pequeñas y sin grandes consecuencias, no son importantes. Cualquier cosa, a pesar de ser insignificante, al dar tu palabra, la conviertes en importante.
Al final es mejor hacer dos cosas: o damos la palabra y cumplimos, o no nos comprometemos.
Sí, también se puede decir: No.
Cumplir nuestra palabra tanto en los compromisos grandes como en los pequeños es de suma importancia porque:
1-     Desarrolla nuestra imagen de integridad: Las personas comienzan a notar que no existe diferencia entre lo que somos y decimos. Lo que pensamos, decimos y hacemos está perfectamente alineado. No existe disparidad. Véase artículo de ¨Los 9 Rasgos de Liderazgo Auténtico¨ para más información.
2-     La integridad es la base para generar confianza: Si las personas pueden confiar en tus palabras y compromisos (por más que sean pequeños), comienzan a confiar en otros aspectos de ti.
3-     La confianza es la base de la influencia: Las personas escogen a quién seguir y por quién dejarse influir. Sólo lo hacen si existe una confianza absoluta.
4-     La influencia es la clave para ayudar a otros a desarrollar su máximo potencial: Si no tienes influencia sobre tu equipo, aunque tengas las mejores intenciones, no podrás ayudarlo a llegar al siguiente nivel.
Guardemos nuestra palabra cómo uno de los tesoros más preciados. Si decimos que haremos, haremos; si decimos que estaremos, estaremos. Decimos y cumplimos.